miércoles, 11 de febrero de 2015

RECETARIO DEL ALMA: Hacer del hogar un refugio

En un mundo de tanta violencia y crueldad, más que nunca urge enseñar a los hijos a amar. Eso se enseña y se aprende en casa. Sin embargo, si en su misma casa hay violencia y crueldad, jamás aprenderán nuestros hijos a amar, repitiendo el mismo ciclo de destrucción que hemos venido transmitiendo de generación en generación.

Somos los padres los que enseñamos a los hijos a amar. Durante sus primeros años, imitan nuestras reacciones. Durante su adolescencia, con la maduración del lóbulo frontal, desarrollan la capacidad de crítica, y cuestionan nuestro comportamiento, para llegar a decidir sobre sus propias reacciones como adultos. Desgraciadamente, aprenden y repiten lo que hacemos y si respondemos explosivamente, estaremos formando hijos violentos.
Como padres tenemos que aprender a contener nuestra propia ira y violencia. El auto-control es esa disciplina personal que nos permitirá frenar nuestra violencia física y contener palabras hirientes. “Cuenta hasta diez”, nos dicen…Es un primer paso. Pero no basta.

El autoconocimiento nos permite identificar que al interior de todos, tenemos dos fuerzas vitales opositoras: una nos jala hacia la vida (Eros) y la otra nos jala hacia la muerte (Tanatos). Con consciencia podemos desarrollar la capacidad de decidir y dejar de reaccionar impulsivamente. Entendiendo que tengo estas dos fuerzas interiores tengo que DECIDIR actuar en respuesta a la pulsión de VIDA. No se trata de entender, justificar o auto-conmiserarse. No se trata de justicia Muchas veces “no se vale” que nos vaya mal o que nos ocurran desgracias, pero hay que continuar decidiendo por reaccionar CORRECTAMENTE.  Nuestras decisiones son las que enseñarán a nuestros hijos a diferenciar entre la buena voluntad  y la mala voluntad.
El hacer de nuestro hogar un refugio contra la crueldad y violencia que acosa a nuestra sociedad, require establecer un ámbito de aceptación incondicional. El respeto a las diferencias entre todos y cada uno de los miembros que integran nuestra familia, es la base.

Ejemplo

Entre las cinco familias que han compartido la intimidad de su hogar a lo largo del ‘reality’ televisado, HERMOSA ESPERERANZA, podemos tomar de ejemplo a la familia ensamblada con hijos míos, tuyos y nuestros, la familia López Ávila. Ellos, como todos nosotros,  han tenido momentos de confrontación y violencia. Un día (después de muchos de ‘aguantarnos’ y contener la ira), ‘explotamos’. Lo malo es que un solo momento de ira puede dejar marcados a nuestros hijos para siempre. Estando aún en desarrollo, nuestros hijos son fácilmente moldeables y una palabra ofensiva puede deformar su capacidad de responder con buena voluntad. Pierden la esperanza de seguir creyendo en el BIÉN. Ese es el riesgo del alcance que pueden tener nuestras palabras.

Con consciencia, podemos observar cómo reaccionamos y podremos establecer la distancia necesaria para recobrar nuestro sano juicio.
Como en la cocina, la primera receta al tratar de cocinar alimentos saludables, es la seguridad. Cuidado con el fuego y las quemaduras innecesarias. Cuidado con romper los trastes y dejar vidrio al alcance de las heridas. El hogar tiene que ser el refugio donde encontremos la seguridad y la HERMOSA ESPERANZA del amor.

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