Como espectadores, podemos establecer distancia entre el que observa y la vivencia directa. Sin estar directamente involucrados, no hay participación en la experiencia emotiva, liberando a la razón para analizar los hechos objetivamente. Esto es auto-observación. …la posibilidad de verme actuando, con la distancia que me permita separar lo que siento, de lo que pienso.
Este es el primer paso para el desarrollo de la consciencia. A partir de observarme, puedo identificar lo que hago bien o lo que hago mal; ponerme metas y trazar un rumbo claro para rectificar, reparar o seguirme desarrollando.
El cambio es parte de la vida. Pero no basta cambiar. Hay que trazar rumbo para hacer del cambio, una transformación.
Ejemplo
A través
del programa HERMOSA ESPERANZA, la familia Zerecero Cabello ha tenido
oportunidad de visualizar a cámara, lo que hacen día a día; lo que comen; lo
que dicen y cómo reaccionan ante el conflicto. Es un ejercicio que podemos
compartir todos con ellos, poniéndonos como observadores y visualizando, como
espectadores, nuestra propia vida. De allí podremos identificar los cambios que
quisiéramos hacer.
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