sábado, 14 de febrero de 2015

RECERATARIO DEL ALMA: La esperanza de amar

Se dice fácil, pero para amar se requiere primero sufrir el desamor. Saber lo que es ‘no ser amado’, nos da el encuadre necesario para amar. Se vuelve un punto de referencia y comparación para determinar la premisa básica del amor…dar aquello que se quisiera recibir….o como diría la Madre Teresa, “donde no hay amor, es donde hace falta amar”.
Lo contextualizo porque en el mundo de hoy, el amor se ha vuelto una mercancía de compra e intercambio. El concepto de entrega y aceptación incondicional, sin ataduras, manipuleo o chantaje ya no se ve. Ahora es un juego de sexo y poder; una ruleta en la que incluso se juega la vida, al azar. La pareja se ha vuelto un objeto de posesión….y ese tipo de amor aniquila, generando resentimiento y agresión pasiva en el amado.
La serie televisiva HERMOSA ESPERANZA se ha propuesto compartir la vida cotidiana de cinco familias mexicanas, a través de un ‘reality’, para rescatar la esperanza de una vida saludable. Propone que “sí se puede cambiar”. Sin embargo, para cambiar hay que crear consciencia del mal-estar en que vivimos, identificar el problema y decidirse por cambiar´. Para lograr un bien-estar integral, se necesita cambiar a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
Es lo que se ha propuesto la familia López Ávila, ambos divorciados cada quién con un hijo/a de su primer matrimonio y ahora, dos hijos de ambos. El reto es amar a los cuatro por igual, más allá de las fronteras de una familia nuclear.
 La esperanza es que puedan aceptarse, respetarse y quererse como familia ensamblada. Tanto el padre como la madre saben lo que es vivir sin un padre o una madre, porque ambos vienen de familias monoparentales. Por ello, quisieran dar aquello que no recibieron. Tendrán que evitar repetir los errores cometidos en su contra en el pasado, y reinventar su historia a partir de la decisión mutua de luchar por ese ideal. Al no tener modelos qué imitar, tendrán que modelar su propia aspiración y luchar por ella…una familia donde se valga ser diferente, disentir y doler bajo el cobijo de saber que, a pesar de ello, seguirán siendo amados.
El futuro del mundo depende de esta esperanza. Jamás podrá vencerse el odio y la crueldad en el mundo si no cambiamos nuestra forma de amar.
Tenemos que reconocer la libertad que tenemos de amar, reconociendo también el derecho que tiene la pareja de amar a otr@s; honrar la decisión de escoger compartir la vida en exclusividad mutua;  dignificar la responsabilidad que tenemos como padres y madres más allá de que los hijos sean propios o legítimos. El reto es amar al ‘otro’ por él/ella; no por algún beneficio secundario propio, sino aceptándol@mo es. Pero para ello, tengo que aceptar antes, como soy, re-conocer lo que siento, lo que pienso y lo que quiero de la vida.

Se vale amar con libertad, pero amar a alguien no nos obliga a vivir con ellos. Para vivir juntos se requiere:
·         Qué ambos compartan un  mismo encuadre ético. Todos los contratos son válidos mientras sean compartidos y ambos estén de acuerdo (matrimonio, unión libre, matrimonio abierto etc..)
·         Qué se tracen un mismo proyecto de vida, comprometiéndose ambos, a ayudarse a llegar a la meta. La meta no es nuestra pareja. No se trata de poseerl@ o tener quien me mantenga o me lave la ropa. Se trata de caminar juntos hacia una meta común (crear un hogar, formar una familia, desarrollarse profesionalmente, acompañarse y cuidarse).
·         Establecer reglas claras de respeto y aceptación mutua; paciencia y el derecho a rectificar, reparar y ser perdonados.
Si no se dan las condiciones de bien-estar en pareja, se vale separarse por amor (¡para evitar sacarse los ojos!)
 A veces somos mejores exparejas como divorciados, con la distancia necesaria para no dañar, o engancharnos en relaciones de co-dependencia jugando roles de víctima/victimario donde la relación  se usa para proyectar culpas y resentimientos.
A veces se requiere primero estar sól@s para encontrarnos, conocernos y darnos cuenta de que quizá somos nosotr@s los que somos ¡insufribles! Aceptarnos y amarnos es el primer paso.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario