Lo contextualizo porque en el mundo de hoy, el amor se ha vuelto una mercancía de compra e intercambio. El concepto de entrega y aceptación incondicional, sin ataduras, manipuleo o chantaje ya no se ve. Ahora es un juego de sexo y poder; una ruleta en la que incluso se juega la vida, al azar. La pareja se ha vuelto un objeto de posesión….y ese tipo de amor aniquila, generando resentimiento y agresión pasiva en el amado.
La serie televisiva HERMOSA ESPERANZA se ha propuesto compartir la vida cotidiana de cinco familias mexicanas, a través de un ‘reality’, para rescatar la esperanza de una vida saludable. Propone que “sí se puede cambiar”. Sin embargo, para cambiar hay que crear consciencia del mal-estar en que vivimos, identificar el problema y decidirse por cambiar´. Para lograr un bien-estar integral, se necesita cambiar a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
Es lo que se ha propuesto la familia López Ávila, ambos divorciados cada quién con un hijo/a de su primer matrimonio y ahora, dos hijos de ambos. El reto es amar a los cuatro por igual, más allá de las fronteras de una familia nuclear.
El futuro del mundo depende de esta esperanza. Jamás podrá vencerse el odio y la crueldad en el mundo si no cambiamos nuestra forma de amar.
Tenemos que reconocer la libertad que tenemos de amar, reconociendo también el derecho que tiene la pareja de amar a otr@s; honrar la decisión de escoger compartir la vida en exclusividad mutua; dignificar la responsabilidad que tenemos como padres y madres más allá de que los hijos sean propios o legítimos. El reto es amar al ‘otro’ por él/ella; no por algún beneficio secundario propio, sino aceptándol@mo es. Pero para ello, tengo que aceptar antes, como soy, re-conocer lo que siento, lo que pienso y lo que quiero de la vida.
Se vale amar con libertad, pero amar a alguien no nos obliga a vivir con ellos. Para vivir juntos se requiere:
· Qué ambos compartan un mismo encuadre ético. Todos los contratos son válidos mientras sean compartidos y ambos estén de acuerdo (matrimonio, unión libre, matrimonio abierto etc..)
· Qué se tracen un mismo proyecto de vida, comprometiéndose ambos, a ayudarse a llegar a la meta. La meta no es nuestra pareja. No se trata de poseerl@ o tener quien me mantenga o me lave la ropa. Se trata de caminar juntos hacia una meta común (crear un hogar, formar una familia, desarrollarse profesionalmente, acompañarse y cuidarse).
· Establecer reglas claras de respeto y aceptación mutua; paciencia y el derecho a rectificar, reparar y ser perdonados.
Si no se dan las condiciones de bien-estar en pareja, se vale separarse por amor (¡para evitar sacarse los ojos!)
A veces somos mejores exparejas como divorciados, con la distancia necesaria para no dañar, o engancharnos en relaciones de co-dependencia jugando roles de víctima/victimario donde la relación se usa para proyectar culpas y resentimientos.
A veces se requiere primero estar sól@s para encontrarnos, conocernos y darnos cuenta de que quizá somos nosotr@s los que somos ¡insufribles! Aceptarnos y amarnos es el primer paso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario